Lía finalmente accedió a abrir la cerradura de un cofre que encontraron. Parecía bastante complicado y a pesar de su esfuerzo, falló. La cerradura quedó inutilizable y fue entonces cuando Emén decidió usar su hacha para destrozar el cofre. Lo que había en su interior les hizo pensar que estaban perdiendo el tiempo.
Más tarde accedieron a una especie de cocina, la actividad era evidente en esta estancia, pero no encontraron a nadie allí. Gáremond abrió uno de los armarios que hacían las veces de despensa y fue sorprendido por una gran serpiente. El gnomo recibió varios mordiscos, pero el buen hacer de los compañeros y cierta parte de suerte, les permitió deshacerse del terrible animal sin mayores consecuencias.
Continuaron explorando y comprobaron que el templo escondía en sus entrañas un complejo infinitamente más grande de lo que a simple vista se podía deducir. En un estrecho pasillo, Lía avanzó para abrir una puerta pero a pesar de su talento innato para detectar muchas amenazas, el suelo se abrió bajo sus pies y cayó a un foso de unos 10 pies de profundidad, sin mayores consecuencias, ya que la elfa consiguió estabilizarse y caer sin hacerse el menor rasguño. Tras salir del foso, desactivó el mecanismo que lo accionaba, consiguiendo que el suelo fuera seguro. Cuando por fin abrió la puerta, todo un regimiento esperaba tras ella. Stoner y Elmo habían quedado atrapados en el pasillo por culpa del oso familiar de Gáremond y el resto de los compañeros se las desearon para eliminar la amenaza. Rosco, agarró un pergamino que le acercó Emén y convocó una gran bola de fuego con suma presteza. A pesar de que no dejó fuera de combate a ningún enemigo, logró herirlos de gravedad. Pronto la semiorca accedió a la estancia con los ojos inyectados en sangre y empezó su carnicería particular. Stoner también consiguió tener éxito con sus poderes mentales, mientras Lía se mantenía alejada del peligro gracias a su destreza. Emén tuvo que hacer un esfuerzo en controlar sus impulsos y no atacar al bando amigo mientras rosco utilizaba su varita para lanzar proyectiles mágicos. Casi sin darse cuenta, habían acabado con más de media docena de hombres. Stoner se enfureció con el oso, hasta tal punto que le lanzó una piedra, por su parte, Elmo lamentó haberse perdido la diversión. Lo más inquietante de estos enemigos, fue el símbolo que portaban en capas y colgantes, una pirámide invertida. Muy distinta de lo que se había visto anteriormente. Tras la batalla Stoner meditó en silencio unos instantes, algo que algunos miraron con cierta extrañeza.
Lía continuó explorando el complejo muy detalladamente y tras una puerta oyó pasos de maniobras y palabras de mando. Otra gran sala parecía haber sido el terreno de una gran batalla. Finalmente el grupo decidió trazar una estrategia para entrar en una de las estancias donde parecían aguardar algunos habitantes del templo. Gáremond mostraría la capa negra con el ojo amarillo que habían encontrado por la barbacana del foso. Si estos portaban las mismas capas, el gnomo diría que había venido a unirse a ellos, si llevaban otra, que había exterminado a los portadores de dichas capas. El resto del grupo se escondió en el pasillo para que los habitantes del templo pensaran que un gnomo no suponía una gran amenaza.
Mientras Elmo se negó a formar parte de este circo, Gáremond entró en la sala. Cuatro guardias vestidos con el símbolo de la pirámide invertida le apuntaron sin mediar palabra con sus ballestas. El druida explicó su historia y pese a las reticencias de los soldados, uno de ellos le dijo que esperara ahí, mientras se fue por otra puerta, probablemente a consultar lo que debían hacer. El resto de los guardias no cesaron ni un segundo de apuntar al gnomo. Cuando volvió, explicó algo más su historia, algo que no convenció del todo a su interlocutor. De nuevo fue a consultar lo que pasaba y pronto se oyó un grito ahogado. El resto de guardias entonces lanzaron sus virotes pero finalmente se llegó a un consenso. Stoner, Lía y Emén accedieron a la sala y los guardias les rogaron que depusieran las armas. Rosco por su parte entró con un conjuro de invisibilidad y se apartó en una esquina, por la retaguardia. Cuando parecía que todo iba a salir bien, uno de los guardias extrajo unos sacos para ponérselos en la cabeza a los compañeros, lógicamente no querían que descubrieran la arquitectura del templo. Stoner se negó en rotundo y el guardia le propinó un puntapié, Stoner permaneció firme en sus convicciones y estalló la batalla. Tres guardias parecían un escollo salvable pero un certero disparo de uno de ellos atravesó la cuenca ocular de Stoner, haciendo que el elfo cayera fulminado. Casi al unísono, todos los compañeros gritaron su nombre con decidido aire de venganza. Rosco se unió a la batalla cuando hasta entonces había permanecido en silencio. Y finalmente vengaron a su compañero.
Prácticamente sin tiempo para llorar su muerte, accedieron a la sala contigua donde de nuevo esperaba el resto del regimiento, o eso parecía. Había un montón de literas, que daban cobertura a dos de los enemigos. Tras una dura batalla, se deshicieron de las huestes de esta nueva facción. ¿Qué significaría la pirámide invertida?
Más tarde accedieron a una especie de cocina, la actividad era evidente en esta estancia, pero no encontraron a nadie allí. Gáremond abrió uno de los armarios que hacían las veces de despensa y fue sorprendido por una gran serpiente. El gnomo recibió varios mordiscos, pero el buen hacer de los compañeros y cierta parte de suerte, les permitió deshacerse del terrible animal sin mayores consecuencias.
Continuaron explorando y comprobaron que el templo escondía en sus entrañas un complejo infinitamente más grande de lo que a simple vista se podía deducir. En un estrecho pasillo, Lía avanzó para abrir una puerta pero a pesar de su talento innato para detectar muchas amenazas, el suelo se abrió bajo sus pies y cayó a un foso de unos 10 pies de profundidad, sin mayores consecuencias, ya que la elfa consiguió estabilizarse y caer sin hacerse el menor rasguño. Tras salir del foso, desactivó el mecanismo que lo accionaba, consiguiendo que el suelo fuera seguro. Cuando por fin abrió la puerta, todo un regimiento esperaba tras ella. Stoner y Elmo habían quedado atrapados en el pasillo por culpa del oso familiar de Gáremond y el resto de los compañeros se las desearon para eliminar la amenaza. Rosco, agarró un pergamino que le acercó Emén y convocó una gran bola de fuego con suma presteza. A pesar de que no dejó fuera de combate a ningún enemigo, logró herirlos de gravedad. Pronto la semiorca accedió a la estancia con los ojos inyectados en sangre y empezó su carnicería particular. Stoner también consiguió tener éxito con sus poderes mentales, mientras Lía se mantenía alejada del peligro gracias a su destreza. Emén tuvo que hacer un esfuerzo en controlar sus impulsos y no atacar al bando amigo mientras rosco utilizaba su varita para lanzar proyectiles mágicos. Casi sin darse cuenta, habían acabado con más de media docena de hombres. Stoner se enfureció con el oso, hasta tal punto que le lanzó una piedra, por su parte, Elmo lamentó haberse perdido la diversión. Lo más inquietante de estos enemigos, fue el símbolo que portaban en capas y colgantes, una pirámide invertida. Muy distinta de lo que se había visto anteriormente. Tras la batalla Stoner meditó en silencio unos instantes, algo que algunos miraron con cierta extrañeza.
Lía continuó explorando el complejo muy detalladamente y tras una puerta oyó pasos de maniobras y palabras de mando. Otra gran sala parecía haber sido el terreno de una gran batalla. Finalmente el grupo decidió trazar una estrategia para entrar en una de las estancias donde parecían aguardar algunos habitantes del templo. Gáremond mostraría la capa negra con el ojo amarillo que habían encontrado por la barbacana del foso. Si estos portaban las mismas capas, el gnomo diría que había venido a unirse a ellos, si llevaban otra, que había exterminado a los portadores de dichas capas. El resto del grupo se escondió en el pasillo para que los habitantes del templo pensaran que un gnomo no suponía una gran amenaza.
Mientras Elmo se negó a formar parte de este circo, Gáremond entró en la sala. Cuatro guardias vestidos con el símbolo de la pirámide invertida le apuntaron sin mediar palabra con sus ballestas. El druida explicó su historia y pese a las reticencias de los soldados, uno de ellos le dijo que esperara ahí, mientras se fue por otra puerta, probablemente a consultar lo que debían hacer. El resto de los guardias no cesaron ni un segundo de apuntar al gnomo. Cuando volvió, explicó algo más su historia, algo que no convenció del todo a su interlocutor. De nuevo fue a consultar lo que pasaba y pronto se oyó un grito ahogado. El resto de guardias entonces lanzaron sus virotes pero finalmente se llegó a un consenso. Stoner, Lía y Emén accedieron a la sala y los guardias les rogaron que depusieran las armas. Rosco por su parte entró con un conjuro de invisibilidad y se apartó en una esquina, por la retaguardia. Cuando parecía que todo iba a salir bien, uno de los guardias extrajo unos sacos para ponérselos en la cabeza a los compañeros, lógicamente no querían que descubrieran la arquitectura del templo. Stoner se negó en rotundo y el guardia le propinó un puntapié, Stoner permaneció firme en sus convicciones y estalló la batalla. Tres guardias parecían un escollo salvable pero un certero disparo de uno de ellos atravesó la cuenca ocular de Stoner, haciendo que el elfo cayera fulminado. Casi al unísono, todos los compañeros gritaron su nombre con decidido aire de venganza. Rosco se unió a la batalla cuando hasta entonces había permanecido en silencio. Y finalmente vengaron a su compañero.
Prácticamente sin tiempo para llorar su muerte, accedieron a la sala contigua donde de nuevo esperaba el resto del regimiento, o eso parecía. Había un montón de literas, que daban cobertura a dos de los enemigos. Tras una dura batalla, se deshicieron de las huestes de esta nueva facción. ¿Qué significaría la pirámide invertida?
1 comentario:
La culpa la tiene Rosco, por meter a su archienemigo en mi camino, xD.
A mi no me parece tan lógico lo de la estructura del Templo, pues su jefe estaba en la habitación contigua y era con él con quién Gáremond quería hablar. Prefiero morir así que en un ritual de sacrificio chungo para invocar al amo de Burne mientras te preguntas porque has tirado tus armas ante una organización del mal...
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