Tras el enfrentamiento con la serpiente, el grupo decidió descansar para reponer fuerzas antes de continuar con la exploración de lo que Garemond calificó como una pesadilla. Atrancaron la puerta en la estancia del reptil y organizaron las guardias. En el turno de Emén y Gáremond, algo empezó a rascar la puerta, tanto la semiorca como el gnomo decidieron atrancar mejor la puerta y esperar a que pasara. Finalmente el ruido cesó sin mayor importancia.
A la mañana siguiente, siguieron explorando la fortaleza sin gran éxito. Al salir de una de las salas, se vieron sorprendidos por unos guardias. Éstos también parecían sorprendidos por encontrárselos en que debía ser una patrulla rutinaria. Pronto se deshicieron de ellos, llevaban un distintivo peculiar, sus capas mostraban un ojo amarillo sobre el fondo negro. Al parecer una organización malvada estaba sembrando el horror en los alrededores de Hommlet y ésta era su base.
Tras un encontronazo con un lagarto gigante que protgegía una caja y una garrapata del tamaño de un mamífero medio, se dirigieron a la parte subterránea de la Barbacana. Éladar disfrutaba abriendo en canal a todo monstruo o aberración que lograban derrotar, su efímera estancia en el estómago de una rana gigante hizo probablemente estragos en su personalidad.
Cuando descendían las escaleras hacia el subterráneo, a Zert le cayó encima una masa viscosa y gris, parecía tener vida y de hecho puso en aprietos al grupo hasta que Gáremond redujo a la criatura gracias a una antorcha.
Aún sin estar demasiado cansados, las herídas de la batalla comenzaban a ser serias y los lanzadores de conjuros necesitaban tiempo para preparar más hechizos, por lo que decidieron descansar antes de continuar. Durante una de las guardias, otra garrapata gigante puso en aprietos al grupo pero pronto se deshicieron de ella.
Una vez descansados. iniciaron la exploración del nivel subterraneo de la Barbacana del Foso. Allí encontraron unas horrorosas celdas infestadas de muertos vivientes deseosos de carne fresca. Por fortuna, las celdas estaban cerradas, pero la insitencia de los zombis fue mayor. Dos zombis se escondían detras de un pilar cerca del final de la sala y sorprendieron al grupo, poco después una de las celdas se abrió y pronto todos los zombie estaban libres. Martel decidió huir por una entrada hacia la mitad de la sala, pero para su sorpresa, un enfurecido ogro aguardaba a su espalda. Muy habilidosamente, la maga convocó un hechizo que dejó grogui al horrendo ser y los esfuerzos de todos los compañeros se centraron en los muertos vivientes. Aunque fue muy duro, la balanza se inclinó de su lado y poco después todos los zombis habían sido derrotados. Éladar dió el golpe de gracia al ogro y por fin pudieron relajarse un poco.
A la mañana siguiente, siguieron explorando la fortaleza sin gran éxito. Al salir de una de las salas, se vieron sorprendidos por unos guardias. Éstos también parecían sorprendidos por encontrárselos en que debía ser una patrulla rutinaria. Pronto se deshicieron de ellos, llevaban un distintivo peculiar, sus capas mostraban un ojo amarillo sobre el fondo negro. Al parecer una organización malvada estaba sembrando el horror en los alrededores de Hommlet y ésta era su base.
Tras un encontronazo con un lagarto gigante que protgegía una caja y una garrapata del tamaño de un mamífero medio, se dirigieron a la parte subterránea de la Barbacana. Éladar disfrutaba abriendo en canal a todo monstruo o aberración que lograban derrotar, su efímera estancia en el estómago de una rana gigante hizo probablemente estragos en su personalidad.
Cuando descendían las escaleras hacia el subterráneo, a Zert le cayó encima una masa viscosa y gris, parecía tener vida y de hecho puso en aprietos al grupo hasta que Gáremond redujo a la criatura gracias a una antorcha.
Aún sin estar demasiado cansados, las herídas de la batalla comenzaban a ser serias y los lanzadores de conjuros necesitaban tiempo para preparar más hechizos, por lo que decidieron descansar antes de continuar. Durante una de las guardias, otra garrapata gigante puso en aprietos al grupo pero pronto se deshicieron de ella.
Una vez descansados. iniciaron la exploración del nivel subterraneo de la Barbacana del Foso. Allí encontraron unas horrorosas celdas infestadas de muertos vivientes deseosos de carne fresca. Por fortuna, las celdas estaban cerradas, pero la insitencia de los zombis fue mayor. Dos zombis se escondían detras de un pilar cerca del final de la sala y sorprendieron al grupo, poco después una de las celdas se abrió y pronto todos los zombie estaban libres. Martel decidió huir por una entrada hacia la mitad de la sala, pero para su sorpresa, un enfurecido ogro aguardaba a su espalda. Muy habilidosamente, la maga convocó un hechizo que dejó grogui al horrendo ser y los esfuerzos de todos los compañeros se centraron en los muertos vivientes. Aunque fue muy duro, la balanza se inclinó de su lado y poco después todos los zombis habían sido derrotados. Éladar dió el golpe de gracia al ogro y por fin pudieron relajarse un poco.
1 comentario:
Pues no sabíamos nada de la organización malvada... yo pensaba que era directamente la causa del mal en la Barbacana y por la que el pueblo enviaba expediciones, por eso no me sorprendí.
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